Marelisa Gibson se siente tranquila. "Hice lo posible por dar lo mejor", dice sin titubeos Miss Venezuela 2009, a tres semanas de su polémica participación en Miss Universo, en donde -contra todos los pronósticos- resultó descalificada.
"Llegué a Venezuela el domingo", confiesa la reina, quien hasta hoy guardó silencio. "Al día siguiente de la elección vine a Caracas a devolver los trajes y las maletas y regresé a Estados Unidos para pasar mi cumpleaños con mi familia, que había hecho la inversión de ir para allá. Eso me cayó bien, me ayudó a verlo todo en frío".
A pesar del resultado adverso, la joven, de 22 años, ni se arrepiente ni borraría el episodio de su vida. "Volvería a concursar con los ojos cerrados, aunque mis pies griten no. Aprendí mucho y a mí nadie me quita lo bailao. Todo pasa por una razón y uno aprende más cuando pierde que cuando gana. Representé a todo el país, fui causa de unión y eso no tiene precio", manifiesta la reina.
-¿Qué aprendió?
-Miles de cosas. No sólo la preparación previa, como los cursos de maquillaje y oratoria. Sino que ahora me conozco más a mí misma. El trato con la gente y empezar cada cosa que termino son lecciones valiosas.
-¿Qué sintió esa noche cuando no la nombraron entre las semifinalistas?
-Veía perfectamente a Osmel, a Gionny Straccia, a mi familia y los letreros que decían: "Tripleta: ¡Vamos, Marelisa!". Así que lo que más me pegó fue pensar que yo los había desilusionado por no haber entrado entre las 15, pero seguí sonriendo. No podía ponerme a llorar en la mitad del escenario.
-¿Qué más sintió?
-Me sentí un poco molesta, no por mí, sino por otras candidatas que no entraron. Podía entender lo mío, la tenía difícil...
-¿Qué pasó cuando salió del escenario?
-Bajé las escaleras y empecé a llorar. Soy muy llorona... se me salieron las lágrimas y llegó Miss España, me agarró y me dijo: "¡No, Marelisa! No les puedes dar el gusto". Fuimos al camerino y ahí me calmé.
-¿Y qué hizo después?
-Fui al cuartico donde había agua, yogur y meriendas... había hablado con el chef; él sabía que a quienes no entráramos en el cuadro nos tenía que tener chocolates, galletas, brownies... Entramos directo a agarrar galletas, unas llorando a moco tendido.
-¿Usted también?
-Yo me había tranquilizado un poco. Pero se me acercó Miss Curazao. Me abrazó y me dijo: "Tranquila, Venezuela lo tenía demasiado difícil este año. Te admiro demasiado, tú tenías que entrar en el Top 5". Y allí, wow, llanto otra vez. Luego agarré aire para tranquilizarme y me puse a consolar a otras. Eché broma y les saqué una sonrisa a algunas.
-¿Y después? ¿Volvió al escenario?
-Sí, eso era lo más triste: teníamos que volver a entrar sonriendo. Me dije: "No le voy dar el gusto a esta gente. Quiero que mi país me vea sonriendo".
-¿Supo por qué no quedó?
-No, ni siquiera he hablado con Osmel. Pero me he metido en la cabeza que si entraba entre las 15 tenía la posibilidad de ganar... y esa gente no quería nada de eso.
-¿Habló con alguien del Miss Universo ?
-Después de eso no hubo ningún tipo de comunicación. Al nombrar la ganadora se acaba todo... Después hubo un coctel.
-¿Usted fue?
-No, pero oí por ahí que dijeron que no fui por malcriada. Para nada. Sólo había una entrada para mí y un acompañante y yo no iba a meterme en una fiesta sola en lugar de estar con mi familia.
-¿Qué pasó a la salida del teatro?
-Wow, tenía tantos sentimientos encontrados... Lo que quería era acostarme en mi cama, llorar un rato y desahogarme. Darme cuenta de que todo había terminado, que yo no había quedado. Alguien dijo que salí como echando humo... Nada que ver. Quería sentarme por un rato, sin tacones, desahogarme y digerir todo lo que pasó en tan pocos segundos.
-¿Sabía que podía perder?
-Me había preparado psicológicamente para eso. Pero se habló tanto del tema de la tripleta que la gente dejó de pensar que iba a ser complicado y lo vio como algo sencillo.
-La ropa que llevó, ¿la ayudó o la perjudicó?
-El traje típico causó sensación, aunque eso de que Lady Gaga lo quería no es verdad. Fui a verla en un concierto y si me hubiese ofrecido esa posibilidad no me regreso con el traje típico (risas)...
-¿Y el vestido azul?
-Me sentí cómoda. Pero la verdad es que a mí no me dio chance de probármelo antes de irme, no estaba listo. Creo que en eso la organización debe ponerse un poco más las pilas.
-Se ha hablado mucho de su respuesta. Bromear con el jurado ¿la perjudicó?
-No, para nada. Hice un chiste para romper el hielo y obviamente todos se rieron. Después di la respuesta de verdad que llevaba preparada.
-¿Qué planes tiene ahora?
-Estoy pensando estudiar afuera. Tengo que hacer maromas con la parte financiera, estoy vendiendo mi carro para pagar el primer año de estudio en Philadelfia. Estudiaré diseño de interiores...
-¿Y la Arquitectura?
-Me di cuenta de que no es lo que quiero ser el resto de mi vida. Estoy abierta a hacer campañas de modelaje. Así ahorro para irme en enero.
-¿Va a Miss Earth?
-No. Lo que tenía que vivir ya lo viví en el Miss Universo.
-Si fuera jurado ¿a quién hubiese coronado?
-A Donald Trump... ¡No, mentira! Hice buenas amigas. Sería una decisión difícil.
"Llegué a Venezuela el domingo", confiesa la reina, quien hasta hoy guardó silencio. "Al día siguiente de la elección vine a Caracas a devolver los trajes y las maletas y regresé a Estados Unidos para pasar mi cumpleaños con mi familia, que había hecho la inversión de ir para allá. Eso me cayó bien, me ayudó a verlo todo en frío".
A pesar del resultado adverso, la joven, de 22 años, ni se arrepiente ni borraría el episodio de su vida. "Volvería a concursar con los ojos cerrados, aunque mis pies griten no. Aprendí mucho y a mí nadie me quita lo bailao. Todo pasa por una razón y uno aprende más cuando pierde que cuando gana. Representé a todo el país, fui causa de unión y eso no tiene precio", manifiesta la reina.
-¿Qué aprendió?
-Miles de cosas. No sólo la preparación previa, como los cursos de maquillaje y oratoria. Sino que ahora me conozco más a mí misma. El trato con la gente y empezar cada cosa que termino son lecciones valiosas.
-¿Qué sintió esa noche cuando no la nombraron entre las semifinalistas?
-Veía perfectamente a Osmel, a Gionny Straccia, a mi familia y los letreros que decían: "Tripleta: ¡Vamos, Marelisa!". Así que lo que más me pegó fue pensar que yo los había desilusionado por no haber entrado entre las 15, pero seguí sonriendo. No podía ponerme a llorar en la mitad del escenario.
-¿Qué más sintió?
-Me sentí un poco molesta, no por mí, sino por otras candidatas que no entraron. Podía entender lo mío, la tenía difícil...
-¿Qué pasó cuando salió del escenario?
-Bajé las escaleras y empecé a llorar. Soy muy llorona... se me salieron las lágrimas y llegó Miss España, me agarró y me dijo: "¡No, Marelisa! No les puedes dar el gusto". Fuimos al camerino y ahí me calmé.
-¿Y qué hizo después?
-Fui al cuartico donde había agua, yogur y meriendas... había hablado con el chef; él sabía que a quienes no entráramos en el cuadro nos tenía que tener chocolates, galletas, brownies... Entramos directo a agarrar galletas, unas llorando a moco tendido.
-¿Usted también?
-Yo me había tranquilizado un poco. Pero se me acercó Miss Curazao. Me abrazó y me dijo: "Tranquila, Venezuela lo tenía demasiado difícil este año. Te admiro demasiado, tú tenías que entrar en el Top 5". Y allí, wow, llanto otra vez. Luego agarré aire para tranquilizarme y me puse a consolar a otras. Eché broma y les saqué una sonrisa a algunas.
-¿Y después? ¿Volvió al escenario?
-Sí, eso era lo más triste: teníamos que volver a entrar sonriendo. Me dije: "No le voy dar el gusto a esta gente. Quiero que mi país me vea sonriendo".
-¿Supo por qué no quedó?
-No, ni siquiera he hablado con Osmel. Pero me he metido en la cabeza que si entraba entre las 15 tenía la posibilidad de ganar... y esa gente no quería nada de eso.
-¿Habló con alguien del Miss Universo ?
-Después de eso no hubo ningún tipo de comunicación. Al nombrar la ganadora se acaba todo... Después hubo un coctel.
-¿Usted fue?
-No, pero oí por ahí que dijeron que no fui por malcriada. Para nada. Sólo había una entrada para mí y un acompañante y yo no iba a meterme en una fiesta sola en lugar de estar con mi familia.
-¿Qué pasó a la salida del teatro?
-Wow, tenía tantos sentimientos encontrados... Lo que quería era acostarme en mi cama, llorar un rato y desahogarme. Darme cuenta de que todo había terminado, que yo no había quedado. Alguien dijo que salí como echando humo... Nada que ver. Quería sentarme por un rato, sin tacones, desahogarme y digerir todo lo que pasó en tan pocos segundos.
-¿Sabía que podía perder?
-Me había preparado psicológicamente para eso. Pero se habló tanto del tema de la tripleta que la gente dejó de pensar que iba a ser complicado y lo vio como algo sencillo.
-La ropa que llevó, ¿la ayudó o la perjudicó?
-El traje típico causó sensación, aunque eso de que Lady Gaga lo quería no es verdad. Fui a verla en un concierto y si me hubiese ofrecido esa posibilidad no me regreso con el traje típico (risas)...
-¿Y el vestido azul?
-Me sentí cómoda. Pero la verdad es que a mí no me dio chance de probármelo antes de irme, no estaba listo. Creo que en eso la organización debe ponerse un poco más las pilas.
-Se ha hablado mucho de su respuesta. Bromear con el jurado ¿la perjudicó?
-No, para nada. Hice un chiste para romper el hielo y obviamente todos se rieron. Después di la respuesta de verdad que llevaba preparada.
-¿Qué planes tiene ahora?
-Estoy pensando estudiar afuera. Tengo que hacer maromas con la parte financiera, estoy vendiendo mi carro para pagar el primer año de estudio en Philadelfia. Estudiaré diseño de interiores...
-¿Y la Arquitectura?
-Me di cuenta de que no es lo que quiero ser el resto de mi vida. Estoy abierta a hacer campañas de modelaje. Así ahorro para irme en enero.
-¿Va a Miss Earth?
-No. Lo que tenía que vivir ya lo viví en el Miss Universo.
-Si fuera jurado ¿a quién hubiese coronado?
-A Donald Trump... ¡No, mentira! Hice buenas amigas. Sería una decisión difícil.
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